lunes, 20 de enero de 2014

Guía mínima para ser un buen mesero

Siendo un glotón profesional, gustoso de salir a comer fuera y a la vez restaurantero con más de 19 años en la industria, he visto como el servicio ha ido decayendo en la mayoría de los negocios. No se sí se deba a que los clientes dan cada vez con más facilidad 15 o más % de propina o que debido al boom de restaurantes no ha habido oportunidad de permear el conocimiento de ser un gran profesional del servicio.

Pero como todo en esta vida tiene solución, comparto lo que creo que son los puntos mínimos para ser un buen mesero:

ACTITUD: Todo es cuestión de actitud, una buena sonrisa ayuda a superar muchos obstáculos y abre muchas puertas. Muy sencillo. La imagen y la disposición lo es todo.

CONOCIMIENTO: Es fundamental conocer los productos de la carta y por lo mismo saber que sugerir. Que feo es que uno pregunte por una recomendación y que le contesten que todo es bueno, y que ante esa ambigüedad le cuestione que es mejor si el plato A o el plato B, y te digan que los dos... Es decir, para que pregunta uno si es claro que el mesero no sabe cuales son los platos estrella.

JUSTO: Recomienda lo que vale la pena y NO lo más caro. Si lo que vale la pena es lo más caro, es válido hacerlo, pero también sugiriendo otros platillos de precio mucho más bajo.

SE ADELANTA: El mesero perfecto está pendiente de su mesa y no espera a que el cliente levante la mano, sino que él llega a ofrecer antes de que este sepa que desea algo más.

ES RÁPIDO: Si bien cada lugar tiene su ritmo, dependiendo de su concepto y categoría, a ningún comensal le gusta esperar de más. El mesero debe de ser ágil, ordenado y sobretodo veloz, particularmente con las bebidas y con la cuenta.

5 puntos, sencillos consejos que harán de su mesero un imán para generar lealtad, superar expectativas y generar experiencias en su restaurante.

lunes, 6 de enero de 2014

Bellaria

En Mazaryk, a un par de cuadras de Moliere, está de hace ya varios años el restaurante Bellaria.

Sigue siendo sin duda alguna un lugar de éxito, pues siempre está lleno y con espera aunque claro que es un lugar muy pequeñito, pero eso no le resta ningún mérito.

El lugar al ser pequeño tiene el defecto de tener a las mesas vecinas muy pegadas y quita un poco de comodidad al comensal, pero sí uno pasa ese detalle, las cosas se dan muy bien.

En la mesa, con limpios y pulcros manteles blancos, ponen un excelente tapenade de aceitunas negras, que esta francamente sensacional, para poner un poco en un pan de la casa y saborearlo.

El mesero, que es un poco lento con las primeras bebidas, trae los menús que están perfectamente presentados, con una buena y limpia portada, al igual que los interiores que tienen una impecable tipografía.