lunes, 8 de julio de 2013

: Belmondo

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> En la esquina de las calles de Mérida y Tabasco, a una cuadra de Álvaro Obregón, se encuentra un pequeño restaurante llamado Belmondo.
> La especialidad del lugar son los sándwiches, muchos sándwiches de todo tipo y con diferentes tipos de panes, y hay que decirlo panes de muy buena calidad de la Panadería Pancracia.
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> El lugar es, diría yo algo obscuro pero acogedor. Los meseros son en su mayoría jóvenes, muchos de ellos argentinos y el "uniforme" consta de jeans y playera negra. La suma de estos dos factores da como resultado una clientela Hippster, lo cual no necesariamente es algo malo, le da cierta atmósfera muy ad hoc al restaurante.
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> En la carta que como ya mencionamos esta basada principalmente en sandwiches, también tiene una buena selección de ensaladas, que siendo francos, nos las saltamos olímpicamente. El menú tiene el ya muy muy visto formato de las hojas en una tabla con clip que no dice nada. Tiene también una interesante carta de cocteles y una corta y creo cara, carta de vinos (mejorarían mucho poniendo algunos vinos más accesibles).
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> Antes, de entrada probamos unos espárragos con tempura, muy buenos, aunque algo pobres en cantidad. También unas tostadas de pato, las cuales sentí un poco sosas y secas. No las pida.
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> Ahora si, a lo bueno, los emparedados, pedimos un London Broil que es la carne de res picada en un pan de panini ligeramente tostado con alioli de aguacate y germinado de cebolla. Muy bueno.
> También probamos el tradicional French Dip sin mayores adornos, el Roast Beef de excelente calidad y bien cocido, queso emmenthal y al lado su jugo de carne para remojar el pan como dicta la tradición. Sensacional.
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> Otro fue el de Queso de Cabra, en pan de caja tostado, y buena calidad de producto. Muy cumplidor. Sin embargo se siente elevado en el precio, pues sin tener ingredientes tan caros cuesta $120 contra $130 del London Broil o $135 del French Dip. No hay consistencia ni relación en el valor del producto.
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> En cuanto al servicio queda claro que depende de un poco de suerte, pues en la primera visita nos toco una chica argentina que sí bien intentó ser amable, se nota su falta de conocimiento del oficio que derivó en tardanzas innecesarias. En la segunda visita nos toco un cuate MUY amable que hizo mucho mejor la experiencia, haciendo adecuadas sugerencias y estando pendiente de las necesidades de los comensales.
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> Vale la pena que vaya, quitando los vinos, tienen una excelente relación valor precio, que a mi me hizo tener en mente regresar a este lugar, cosa que muy pocas veces sucede... Y si, sin duda voy a volver a probar otro de los deliciosos sandwiches.
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> Que aproveche!
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