sábado, 28 de septiembre de 2013

MALAMÉN

Cuando oí hablar del Malamén, fui referido a otro personaje como es Masiosare (usted sabe, el extraño enemigo). Esto por aquella oración que termina así: .... y libranos del MalAmén.Pero aparentemente no viene de ahí sino de una "amiga" de la familia de uno de los socios del lugar, cuyo diario fue encontrado lleno de anécdotas de viajes y comidas, tomando de ellas el concepto del lugar, que podría considerarse ecléctico.

Ubicado en Emilio Castelar, justo frente al Parque Lincoln, esta pintado todo de blanco, con un bonito mural de Marco Colín en la parte superior y algunos otros elementos decorativos pequeños.

He de decir que si bien había oído varios comentarios positivos de este lugar mi primera impresión no fue buena, esto debido a que al llamar por la tarde para responsablemente hacer una reservación, me dijeron que no tomaban, que la última hora era a las 7:00 pm. Como no tengo las costumbres norteamericanas de cenar tan temprano, fuimos a una hora prudente (8:30) en espera de encontrar lugar, que si lo hubo afortunadamente, pero me encuentro con una mesa (de hecho fueron dos) con un claro y bonito letrero de "reservado". En otras palabras, ¡¿de que se trata?!

Las mesas, al igual que la decoración son minimalista y en tonos blancos. Pero donde me decepciona BASTANTE es al ver un servilletero muy barato de acero, con servilletas sencillas. Así cómo un salero digno de una lonchería. Lamentable. Sobretodo porque estamos en Polanco! en Emilio Castelar, en un restaurante que sí bien tiene precios justo, de ninguna manera es barato. Lo menos que hubiera esperado hubiera sido servilletas de mejor nivel y de preferencia con el logo del restaurante.

El mesero llega y ofrece una bonita carta de bebidas que cuenta con diversos cócteles, en los que relata aventuras de Malamén. Además de esas bebidas da gusto ver que tienen una amplia opción de cervezas artesanales. Así mismo me llamó gratamente la atención que tuvieran dentro de las bebidas BOINGs de varios sabores.

El mesero ofrece unos "siders" que son pequeñas botanitas entre que las que escogimos una ensalada rusa con cangrejo y unas lentejas con camarón, que estaban muy buenas. Claro que al mesero no se le ocurrió mencionar que tienen costo, no mucho $30 cada una, pero molesta.

Llega la carta, de buen tamaño, original en su tipografía, siguiendo el formato y decoración del restaurante, incluidos los dibujos de Colín. El único pero, y es importante, es que la contra cara del mismo está completamente en blanco. Se me hace un desatino que era fácilmente solucionable con el logo del restaurante.
Los platillos son variados y rallan en el "comfort food" pues hay sandwiches, hamburguesas y hasta tacos.
Pedimos la hamburguesa de chistorra y queso Oaxaca, y también la de Gorgonzola. De buen sabor, acompañadas por una generosa porción de papas a la francesa bien fritas. Sobretodo la de chistorra la consideraría una creación original y divertida. Vale la pena, aunque la porción no es precisamente algo que llamara generosa.

Hay que darle mención especial al mesero que conoce los productos, sabe recomendar y está al pendiente del comensal. Además por supuesto, es atento, sonríe y tiene buena actitud. Se gana el 15% que difícilmente otorgo.

De postre pedimos, la muy recomendada malteada de flan de cajeta. Cumple las expectativas. Literalmente es una malteada de excelente sabor con cajeta por todos lados. Deliciosa. Decadente en lo referente a calorías , pero no se arrepiente de la elección.

lunes, 2 de septiembre de 2013

La Taberna del Chanclas

Había oido ya por varios medios, tanto impresos como a nivel personal, del Restaurante La Taberna del Chanclas (Chanclas viene del nombre del Chef Jean Claude, que muy tropicalizado se convirtió en Chanclas) que se encuentra en las calles de Nuevo León y Aguascalientes en la Condesa, con excelentes comentarios, razón por la cual decidimos ir.
 
La visita la realizamos un viernes por la noche, y tuvimos una excelente primera impresión con un solicito y atento Valet Parking, que toma el automovil y rapidamente lo estaciona, con suerte para nosotros, en un lugar cerca.
 
El lugar, si bien pequeño, es sobrio pero acogedor, con una agradable terraza. Sin embargo, justamente al ser un poco pequeño las mesas estan un poco pegadas, pero tampoco tanto como  para espantarse, pues las mesas mismas son amplias.
 
El servicio es atento y sin duda profesional, saben el oficio, conocen la carta y saben vender bien los platos. Hasta ahí todo bien.
 
El primer problema para mi es el formato del menú. Una hoja simple, blanca, con el listado de los platillos enmicada en un plastico duro y feo. Para el nivel del restaurante se espera MUCHO mas, si bien la tendencia en el mundo es una hoja impresa, al menos esta no va en un plastico feo y se imprimen a diario, y por supuesto se incluyen los postres.
 
Lo que también falla bastante es la música. Al menos en esta visita nos tuvimos que soplar todo el disco doble o el mismo disco dos veces, ya no sé, de Mijares en Concierto. Y no es que no me guste Mijares, al contrario, pero creo que en estos tiempos modernos un iPod soluciona mucho y se puede programar música variada acorde al lugar y al concepto.
 
La lista de vinos es otro desastre, si bien esta si viene en una carpetita de piel negra, no tiene ni pies ni cabeza, pues no encontré al menos yo, algun orden. Se encuentran mezclados españoles, argentinos, mexicanos... pero además sin aclarar la región de los caldos, ni siquiera por paises. Afortunadamente uno tiene algunos conocimientos de vinos y sabe de donde son la mayoría. Sin embargo hay que dar el punto a favor de que los precios son mas que justos. Ya no se ve en restaurantes vinos abajo de $300 y aqui se encuentra al menos el Cune Crianza. Bravo por ese detalle, además de que reitero, los precios estan muy bien.
 
Ahora bien, los alimentos:
De entrada sirven de cortesía unas aceitunas de muy buena calidad y muy sabrosas; estas aceitunas venían junto con unos ajos, que si bien nos aseguraron que eran de sabor suave y no dejaban rastros en el aliento, preferimos dejarlos de lado.
 
El pan de la casa es tambien de calidad. Este lo sirven en una bolsa de papel, en un toque diferenciador interesante(que desafortunadamente ya había visto en el restaurante LA LECHE de Vallarta).
 
De entrada pedimos unas Croquetas de Jamón Serrano que realmente estaban MUY buenas. 5 piezas de buen tamaño que estaban a la altura de la fama del lugar.
Tambien pedimos los Huevos Lucio con chistorra, estos eran sumamente recomendados pues el Chef Jean Claude (Chanclas) trabajó en Casa Lucio de Madrid, origen de los famosisimos Huevos Rotos.
El plato esta sin duda bien presentado, con una porción generosa. Pero tiene un terrible defecto: las Papas, que son parte fundamental del plato, carecen de calidad. Supongo (y no deja de ser eso, una suposición), que el producto es mexicano, y nuestras papas  tienen un defecto muy grande que es que tienen mucha agua y por lo tanto no fríen bien. Como resultado quedó una papa fofa, que no es crujiente (se que el huevo las moja y podrían perder esa caracteristica, pero creo que no era el factor tan determinante para el estado de las mismas) ni de buen color amarillo, sino un tono mucho mas grisaceo y apagado. Yo francamente recomendaría que compraran papas americanas o canadienses congeladas cuya calidad es innegable.
Hay que decir que la chistorra no tenía ni media queja, ni aun buscandole. Ese producto fue estupendo.
Desafortunadamente este plato, por las papas, decepcionó, al menos contra la expectativa de Casa Lucio.
 
De segundos pedimos unas Alcachofas salteadas con Foie Gras, que consta de varios corazones de la misma cubiertas en una salsa cremosa que no tenía pierde.
 
Así mismo pedimos el Solomillo Mixto en Puntas, que trae dos preparaciones, en cebolla caramelizada y por el otro lado con ajetes. La calidad de la carne es innegable y el termino igualmente es el correcto. Sin embargo, de guarnición tiene las mismas papas carentes de color y de textura que hacen que el plato pierda mucho.
 
Las porciones son generosas, cosa que se agradece y se toma en cuenta, pues quedamos mas que satisfechos y no quedó espacio para el postre.
 
A lo mejor tuvimos mala suerte, pues supe que el Chef no estaba ese día, espero poder pronto y dar esa justa segunda oportunidad y ver que las recomendaciones son mas que justificadas.
 
Buen provecho.