El Bar Tomate, es el restaurante español que por fin consiguió el local arriba de Louis Vuitton en Polanco, en una excelente ubicación.
El local es amplio, con zona de fumar, de decoración sobria y con muchas ventanas. Sin duda en ese aspecto no hay queja alguna, parte por lo que seguramente se a vuelto en el lugar de moda.
La comida es buena, principalmente se nota que la materia prima es de primerisima y se nota inmediatamente, desde que entras al restaurante y se observan unas impresionantes patas de cangrejo hasta que le sirven a uno su plato.
La mesa es muy sobria. No tiene mantel, sino los individuales de Chilewich que están tan de moda, la servilleta y unos cubiertos.
Comimos de botana unas patatas bravas cumplidoras y unas croquetas de jamón serrano bastante buenas.
De plato fuerte pedí la Espaldilla de Cordero, que siendo un plato muy sencillo, francamente estaba espectacular gracias al extraordinario término y cantidad de producto.
También se pidió una pechuga de pollo de corral, que me pareció muy sencilla, aunque igualmente de buena calidad.
Lo que si me molesta enormemente es que las guarniciones las cobren aparte. Parte de la cultura americana que estamos importando y que me parece de pésimo gusto y que desmotiva a volver a asistir.
El formato de la carta me pareció feo e incomodo pues el menú esta en una tabla que te ponen en medio de la mesa. Tiene pocos platos, aunque esta limpio en cuanto a distribución y espacios en blanco. La carta de postres es un poco peor....
El servicio si es muy bueno, atento, principalmente por los capitanes que constantemente supervisan la operación, mueven a la gente e interactúan con los clientes. NOrmalmente no falta nada en las mesas y dificilmente se tiene que pedir algo, pues lo ofrecen antes. Es por eso, por ADELANTARSE al cliente, que el servicio es bueno. Se nota que hay escuela en este lugar y reaviva el sentimiento de que aun hay buen servicio en México.
