En Mazaryk, a un par de cuadras de Moliere, está de hace ya varios años el restaurante Bellaria.
Sigue siendo sin duda alguna un lugar de éxito, pues siempre está lleno y con espera aunque claro que es un lugar muy pequeñito, pero eso no le resta ningún mérito.
El lugar al ser pequeño tiene el defecto de tener a las mesas vecinas muy pegadas y quita un poco de comodidad al comensal, pero sí uno pasa ese detalle, las cosas se dan muy bien.
En la mesa, con limpios y pulcros manteles blancos, ponen un excelente tapenade de aceitunas negras, que esta francamente sensacional, para poner un poco en un pan de la casa y saborearlo.
El mesero, que es un poco lento con las primeras bebidas, trae los menús que están perfectamente presentados, con una buena y limpia portada, al igual que los interiores que tienen una impecable tipografía.
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